viernes, 20 de enero de 2012


Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl Z; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl Z; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl Z; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl C + ctrl V; Ctrl Z; Ctrl Z; Ctrl Z; Ctrl Z...
Aquella mañana dediqué una hora de mi vida a maquetar los versos prefabricados de un escritor de medio pelo con un buen enchufe en la editorial que me daba de comer. Después de aquellos largos sesenta minutos, los versos estaban bien encuadrados, con su formato y su anotación en una bonita caja de texto. Respiré y guardé la labor. Por pura paranoia mía volví a abrir el documento, solo para respirar una vez más y comprobar que todo estaba en su lugar, tal y como yo lo había guardado. No respiré. El texto estaba, pero no estaba su cuadro que lo recogía verso a verso. Respiré y me armé de paciencia.
Una hora después y millones de Ctrl C + ctrl V; Ctrl Z el texto estaba otra vez en su lugar. Quise asegurarme de que no se perdiese y no vagase sin rumbo por el limbo virtual al que van las cosas que no guardamos o que eliminamos. Todo fue inútil, no se pegaba en otros documentos y no podía guardarlo en otro formato. Reaccioné sin cavilar, y arranqué el cable de su enchufe en la pared. Muerto el perro se acabó la rabia, que dicen en mi pueblo. Contuve mis instintos más asesinos y no lancé aquel aparato del demonio que llamaba ordenador por la ventana, o contra la cabeza de mi jefe, o contra el suelo, o golpearlo con el manuscrito, o con la silla o con... En fin, no produje daño alguno a bicho.
Necesité otra hora más para repetir mi labor. Dicen que no hay dos sin tres y que a la tercera va la vencida, así que a la tercera tuve por fin el texto maquetado, guardado y bien guardado. Aunque yo necesitaba un café y tuve que salir urgentemente a la cafetería de la esquina. Me pedí un café con leche y se me antojó un emparedado de jamon york y queso, uno de esos que ahora llaman sandwich mixto, vaya usted a saber por qué.
En resumen, aquella mañana dediqué tres horas de mi vida a repetir la misma tarea.
Por la tarde yo pensaba que las cosas irían mejor. Cuán grande sería mi sorpresa al descubrir tras cuatro horas de trabajo, que llevaba dos corrigiendo el texto bueno.
Decidí ir a por chocolate, pero la máquina del pasillo se quedó conmigo y con 10 céntimos míos, así como si fuese una señal del destino que yo no tomara chocolate... Así que me fui al kiosco de la esquina, en busca de algo con lo que lavarme el cerebro. Me decidí por la glamur, nada mejor que hojear un lavado instantáneo de neuronas.
En portada una actriz irreconocible a causa del botox o del photoshop, o quizás de ambos. Nunca me han gustado las personas de plástico, menos si están más maquilladas que la capilla Sixtina.
En la editorial, la directora de la revista hablándole a las mujeres sin personalidad de lo fuertes y estoicas que deben ser ante la vida. Al lado del texto, una foto de la susodicha. Paloma enorme de unos 50€ para disimular su enorme nariz en plan Rosi de Palma. Interiormente le deseé suerte con esa técnica, que yo me hubiese fijado en esa trompa de elefante no significaba que otros pudiesen hacerlo.
Pasé de hoja, ahí estaba de nuevo la directora. Con su chimenea presidiendo el salón de su cara. Y sin pamela. Realmente, hay casos en los que yo sí apoyaría lo de las operaciones estéticas para reducir tocha, digo, nariz. Érase una vez una nariz a una directora pegada...
Un hojas más un artículo con foto de la redactora. ¡Dios mio, qué espanto! ¿Guiña el ojo y pone morritos para disimular su poca belleza? Lo peor de todo es que quizás sí funcione... Pero, ¿en serio? ¿Qué es eso? ¿Masoquismo? Poner esas fotos al lado de famosas de plástico y ordenador... O quizás una estrategia de marketing (sea lo que sea el marketing) para demostrar cuán hermosas son las famosillas...
Hacia la mitad de la revista el horóscopo. Absténganse creyentes. Voy a tener problemas amorosos pero éxitos de trabajo... ¡y solo por haber nacido en cierto día! Qué potra... no me puedo creer que todos los sagitario vayan a pasar por las mismas dificultades que yo. Hoy me siento un poco más empática con el mundo. ¿Hasta ahí se nota la ironía o sigo?
Por cierto, ¿sabías que ojear una revista de moda durante más de diez minutos produce depresión en las mujeres? ¿Sabías que la mayoría de las estadísticas son falsas? ¿Sabías que el 68% de la población sabe que las estadísticas son falsas? ¿Sabías que el 89% de la población todavía cree en las estadísticas?
Cierro la revista y me pregunto en qué porcentaje estoy yo. Llego a la conclusión de que formo parte de ese 0,09% de margen de error en cualquier estadística inventada.
Vuelvo a casa y las noticias dicen que ha estallado la tercera guerra mundial, no sé si por cuarta o quinta vez en la última década... pero me da igual. Yo necesito dormir. Mañana será otro día.

Ctrl G

jueves, 19 de enero de 2012

El valle abandonado

¿Te imaginas estar tan solo durante tanto tiempo
que saldrías en medio de la noche
a arrojar al pozo el cubo de agua
para poder sentir que algo en el fondo
tira del otro lado de la soga?



Gilbert, 1925

sábado, 7 de enero de 2012

Las mujeres son de marte y los hombres de venus


¿Recordáis el libro "Los hombres son de Marte, las mujeres de
Venus"? Un profesor de lengua inglesa que trabaja en una universidad
americana nos ofrece este excelente ejemplo.
"Hoy vamos a experimentar con una nueva forma llamada "historia en
tándem". El proceso es simple. Cada persona se emparejará con la persona
que se sienta a su lado. Uno de ellos escribirá entonces el primer párrafo
de una historia corta. Su compañero leerá ese primer párrafo y añadirá un
segundo párrafo a la historia. Después, la primera persona añadirá el
tercer párrafo y así sucesivamente. Recordad releer lo que se ha escrito
cada vez para mantener la coherencia de la historia. Está absolutamente
prohibido hablar; la única comunicación entre ambos miembros de la pareja
la constituye lo que hay escrito en el papel.La historia termina cuando
ambos
estén de acuerdo en que lo ha hecho."
Esto que sigue lo presentaron dos de mis alumnos de lengua:
Rebecca y Gary
HISTORIA:
(primer párrafo, por Rebecca)
Al principio, Laurie no podía decidir qué tipo de té quería. La
camomila, que solía ser su favorita para las perezosas tardes en casa,
ahora le recordaba demasiado a Carl, quien una vez, en tiempos mejores,
dijo
que le gustaba la camomila. Pero necesitaba mantener a Carl fuera de su
mente a toda costa. Su posesividad era sofocante y, si pensaba demasiado
en él,volvía a tener ataques de asma. Así que la camomila quedaba
descartada.


 (segundo párrafo, por Gary)


Mientras tanto, el sargento Carl Harris, jefe del escuadrón de
ataque en órbita sobre Skylon 4, tenía cosas más importantes en que pensar
que las neuras de una cabeza hueca asmática con la que había pasado una
sudorosa noche hacía más de un año. "Sargento Harris a Geoestación 17",
dijo en su comunicador transgaláctico. "Órbita polar establecida. Por el
momento, sin signos de resistencia..." Pero antes de que pudiera cortar,
un rayo de partículas azulado surgió de la nada, haciendo un agujero en la
bodega de su nave. La sacudida causada por el impacto le proyectó a través
de la cabina.


 (Rebecca)


Se golpeó en la cabeza y murió casi instantáneamente, no sin antes sentir
un último remordimiento por haber tratado tan mal a la única mujer que
había sentido algo por él. Poco más tarde, la Tierra cesó sus futiles
hostilidades contra los pacíficos granjeros de Skylon 4. "El Congreso ha
aprobado una ley para abolir permanentemente la guerra y los viajes
espaciales", leyó Laurie una mañana en el periódico. La noticia la estimuló
y aburrió a un tiempo. Miró por la ventana, soñando con su juventud, cuando
los días pasaban lentos y despreocupados, sin periódicos que leer, ni
televisión que la distrajera de esa sensación de asombro inocente ante
todas las maravillas que descubría a su alrededor. "¿Por qué
hemos de perder nuestra inocencia para convertirnos en mujeres?", se
preguntó melancólicamente.


 (Gary)


No sospechaba que le quedaban menos de 10 segundos de vida. A miles de
kilómetros sobre la ciudad, la nave nodriza Anu'udriana lanzó el primero de
sus misiles de fusión de litio. Los estúpidos pacifistas que hicieron que
el Congreso aprobara el Tratado Unilateral de Desarme Aeroespacial habían
convertido la Tierra en un blanco indefenso para los imperios hostiles
alienígenas que habían determinado destruir la raza humana. Dos horas
después de la aprobación del tratado, las naves Anu'udrianas se
dirigían a la Tierra con suficiente armamento para pulverizar el planeta
entero.
Sin nadie que les detuviera, iniciaron de inmediato su diabólico
plan. El misil de fusión de litio entró en la atmósfera sin oposición. El
Presidente, en su cuartel general secreto submarino junto a la costa
de Guam, sintió la tremenda explosión que desintegró a la pobre tonta
de Laurie, junto con otros 85 millones de americanos. El Presidente
dio un puñetazo en la mesa de conferencias. "¡No podemos consentir esto!
¡Voy a vetar el tratado! ¡Vamos a borrarlos de nuestro cielo!"


(Rebecca)


Esto es absurdo. Me niego a continuar este simulacro de
literatura. Mi compañero de escritura es un adolescente semi-analfabeto,
violento y chauvinista.


(Gary)


¿Ah, sí? Pues tú eres una neurótica aburrida y ególatra, cuyos
intentos de escritura son el equivalente literario del Valium. "¡Oh! ¿Me
tomaré un té de camomila? ¿O debería tomarme algún otro PUTO TÉ? Oh, no,
sólo soy una descerebrada que ha leído demasiadas novelas de Danielle
Steele."


(Rebecca)


Gilipollas.


(Gary)


Zorra.


(Rebecca)


¡CABRÓN!


(Gary)
Guarra.

(Rebecca)
¡QUE TE DEN POR EL CULO, NEANDERTHAL!

(Gary)
Anda y tómate un té, puta.

(Profesor)
10. Me ha encantado.

jueves, 5 de enero de 2012

margaritas deshojadas

A veces me pregunto si enmarcar mis cuadernos cuadriculados con corazones de carbón sirvió para algo. Dónde dejé mis margaritas deshojadas o dónde fueron a parar los deseos que susurré a mis pestañas. ¿Tú también mirabas las estrellas antes de irte a dormir? ¿Leíste las cartas que escribía al aire?

martes, 3 de enero de 2012

el amor es ciego

‎"como Amor es ciego, y no se sirve sino de ciegos, él y ellos hacen las cosas de suerte que pocas veces se encumbren, y ésta es la causa por que los amantes, como ellos no ven, piensan que no los ven." 

Novelas amorosas y ejemplares,  María de Zayas y Sotomayor