- ¡Mamáaaa!
- Pero, hija, ¿otra vez?
- No puedo dormirme, mamá. Pero es que tampoco quiero dormime. En el mundo hay tantas cosas que ver y que descubrir. No es justo. Total, porque un cuento diga que yo debo dormir durante muchos años, todos os empeñáis en que lo haga. Pues no. No me duermo, no me duermo y no me duermo. ¡Ea! Que no quiero perder todo lo que pasa por el mundo durmiendo como una boba. Vosotros veréis lo que hacéis, pero yo no me duermo.
-¡Eres el colmo, hija mía!
- Y el pánfilo del príncipe tardará también lo suyo.
- Pero si los príncipes se han cambiado todos de cuento. Estaban ya desesperados al oír las noticias de que no te podías dormir.
- Pues buscad a uno y que venga ya y que me dé el beso, que no aguanto más en la cama. Ah, pero yo lo quiero azul, azul claro. Sólo me casaré con un príncipe azul claro. Nada de príncipes valientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario