En cierta ocasión leí, escuché o soñé que un crítico literario, que es lo mismo que un escritor de medio pelo, dijo que el momento de convertirse en escritor, y por tanto en creador, llega con la aceptación de la muerte propia. Bueno, quizás lo dijo algún premio novel. No importa.
Mucho se ha reflexionado sobre esto, pero lo que nunca nadie se ha atrevido a condesar es su miedo a morir. Miedo a cómo se muere, a dejar a todos aquí, al último recuerdo... a todo y de repente nada.
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