Muchas veces he deseado, hasta llegar a creerlo realmente, que las gafas de sol me hacen irreconocible. Como una capa de invisibilidad, que alguien llegue y de repente: "¡Uy! Si eres tú, no te había reconocido...".
Aquella tarde en la cafetería yo te esperaba con mis gafas de sol, sentada en una mesa bajo la sombra. Sí, con gafas de sol, para saber si tú me reconocerías bajo mi máscara de incógnito.
Entonces apareciste con tu camisa azul celeste. Te miré desafiante, luego hice como que no te había visto y te volví a mirar, a ver si me habías visto. Entonces sonreíste desde lejos y yo te respondí.
Luego estuve dándole vueltas. No sabía si estar enfadada porque mi capa de invisibilidad no funcionaba. Pero decidí ser feliz, porque con aquella máscara y desde la distancia me reconociste, sonreíste y yo te sonreí.
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