lunes, 11 de enero de 2016

Los días en los que te echo de menos

Los días en los que te echo de menos, mi vida es como una película. Mi día transcurre con normalidad, pero las horas pasan a través de mí sin tocarme. Me levanto, me ducho, me visto y salgo de casa para coger el coche, pero es como si lo hiciera otra persona porque mi mente está inundada de tus recuerdos y no veo más allá. Cada canción me recuerda a ti y en mi memoria no dejan de sucederse las imágenes de tus recuerdos como si fuera una película.

Tu sonrisa desde lejos, mientras te acercas por la acera, al verme sentada esperándote en la terraza de aquel bar donde nos conocimos. Tu brazo rodeándome mientras paseamos por un parque. Mi mano deslizándose por la tuya una noche al salir de un restaurante.

Intento hacer las cosas que hago todos los días, pero cuando te echo de menos no puedo dejar de imaginar que las podría estar haciendo contigo y que un día las hice contigo, acompañada de tus sonrisas.Y te vuelvo a ver esperándome en la puerta de la facultad para acompañarme a casa, vuelvo a montarme en tu coche para ir contigo de compras, vuelvo a tomarme un café contigo en cualquier bar. Y mi mano echa de menos la tuya, acariciándome bajo la mesa.

Cuando vuelvo a casa, esos días son los peores. Pongo nuestras canciones y me siento sola. Me siento mayor y siento que te he perdido y que nunca te sacaré de mi corazón. Y aún con el gorro puesto y el corazón frío, abro una copa de vino y bebo, para recordarte, no para olvidar. Mientras canto nuestras canciones, con una copa de vino blanco en las manos, mis ojos se inundan porque no puedo vaciar los recuerdos que se agolpan en mi cabeza. Y con una copa en la mano, los recuerdos duelen más.

Y me vuelve a doler el corazón, haciendo un esfuerzo para decirte que me voy. Y veo de nuevo tu cara de decepción, incapaz de decir nada. Y tu mano vuelve a jugar con uno de mis rizos y sé que te están conteniendo para retenerme, como si con ese gesto pudiera hacerlo. 

Intento ordenar en mi cabeza los sentimientos. Como si al recordarte pudiera cambiar lo que pasó. Como si pudiera correr por esa calle a oscuras para abrazarte y darte un beso, en lugar de quedarme en la puerta de casa resignada viendo como te alejas, deseando correr, pero sin poder dar la orden a mis piernas. Sabiendo que no volveré a sentir tus labios.

Ojalá me hubieras leído la mente cuando yo era incapaz de hablar.

Y al final de los días en los que te echo de menos solo me queda una copa vacía y esa canción. Y no te puedo decir que aún te quiero, solo puedo hacerme la duda mientras desvías la mirada, para no mirarme. Y me falta tu sonrisa para que me caliente el corazón.

Oh well I don't mind, if you don't mind
'Cause I don't shine if you don't shine

Before you go, can you read my mind?


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