Se llama adolescencia. No es algo malo, quizás es una de las mejores cosas que te puedan pasar. Sentir que no encajas, que este royo no va contigo, que todos te odian, sentir la soledad... es lo mejor para hacerse fuerte, madurar y aceptarse a uno mismo. Somos lo que somos gracias a cómo nos comportamos en este periodo: unos salen fuertes, otros se debilitan y se agarran a él para siempre. El único modo de salir es un golpe.
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