Los días de lluvia siempre tienen algo especial, como siempre será especial ese café y aquel paraguas en aquella plaza...
Hubiera deseado que nunca parara de llover. Hubiera deseado que lloviese toda la tarde...
Tenía que haber llovido más. Lo suficiente para reaccionar debajo de un paraguas y no en la boca del metro.
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