La realidad es algo demasiado subjetivo, es simplemente algo que está en tu cabeza tal y como tú crees que las cosas han pasado. Entonces llega el día en el que alguien te confiesa que algunas cosas no son como tú las tienes en la cabeza, que la gente hablaba, que la gente tiene otra realidad en la cabeza... es entonces cuando te das de bruces con la realidad y no sabes qué subjetividad es la menos subjetiva.
Hay que aprender a vivir con segundas impresiones.
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